Proteger el Océano Austral es indispensable para la salud del océano mundial

Proteger el Océano Austral es indispensable para la salud del océano mundial

Por Philippe Cousteau para EFEVERDE.

En 1976, mi abuelo y mi padre navegaron 15.000 kms con el Calypso desde Mónaco hasta la Antártida. Descubrieron allí la majestad intacta del continente blanco. Desde entonces mi abuelo jugó un papel crucial en la campaña que llevó a la creación del Protocolo de Protección Ambiental del Tratado Antártico.

Ahora, casi tres décadas después, nos unimos al llamamiento mundial para extender este hito de la conservación a la protección de casi cuatro millones de kilómetros cuadrados del Océano Austral que rodea la Antártida, que es casi el tamaño de toda la Unión Europea.

La actual crisis pandémica sin precedentes nos ha recordado lo importante que es salvaguardar lo verdaderamente esencial, y eso debería incluir a nuestro planeta. En la situación actual, sería fácil olvidar que el año 2020 había sido apodado el Súper Año del Océano debido a una serie de reuniones y decisiones claves previstas para la protección de los océanos. Aunque muchas de estas conferencias se hayan retrasado hasta el próximo año, todavía tenemos el poder de cumplir en 2020 uno de los mayores hitos ambientales de la humanidad, protegiendo casi 4 millones de kilómetros cuadrados en el poderoso Océano Austral que rodea a la Antártida.

Durante varios años, los gobiernos y los científicos de varios países propusieron la designación de tres áreas marinas protegidas (MPA por sus siglas en inglés) a gran escala en las aguas que rodean la Antártida: en la Antártida Oriental, el Mar de Weddell y la Península Antártica. Estas propuestas se debaten en la reunión anual de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR por sus siglas en inglés). Estas protecciones crearían refugios seguros para la vida oceánica, protegiendo hábitats clave para los pingüinos, las focas, las ballenas y las aves marinas.  Al eliminar la presión de la pesca, estas Áreas Marinas Protegidas ayudarían a los ecosistemas a crear una resistencia crucial frente a un clima que va cambiando cada vez más de prisa y que en la Antártida tiene impactos especialmente fuertes.

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